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martes, 17 de noviembre de 2015

MARGERITE YOURCENAR. MEMORIAS DE ADRIANO. VI PATIENTIA

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VI  PATIENTIA; (inscripción de las monedas que Adriano acuña al final de su mandato) 

Adriano cuenta a Marco como prefiere la muerte a la enfermedad, hasta el punto de querer suicidarse:

            “Hace años, di mi permiso al filósofo Éufrates para que se suicidara. Nada parecía más simple; un hombre tiene el derecho de decidir en qué momento su vida cesa de ser útil. Yo no sabía entonces que la muerte puede convertirse en el objeto de un ciego ardor, de una avidez semejante al amor.”

            “Por una íntima contradicción, la ansiedad de la muerte sólo dejó de imponerse en mí cuando los primeros síntomas de mi enfermedad aparecieron para distraerme de ella. Volví a interesarme en esa vida que me abandonaba; en los jardines de Sidón deseé apasionadamente gozar de mi cuerpo algunos años más”
           
            “Estaba de acuerdo en morir; pero no en asfixiarme; la enfermedad nos hace sentir repugnancia de la muerte, y queremos sanar, lo que es una manera de querer vivir. Pero la debilidad, el sufrimiento, mil miserias corporales, no tardan en privar al enfermo del ánimo para remontar la pendiente; pronto rechazamos esos respiros que son otras tantas trampas, esas fuerzas flaqueantes, esos ardores quebrados, esa perpetua espera de la próxima crisis.”

            “El mal principal va acompañado de un cortejo de afecciones secundarias. Mi oído no es tan agudo como antes; ayer, sin ir más lejos, me vi obligado a rogar a Flegón que repitiera una frase, y me sentí más avergonzado de eso que de un crimen.”

            “Pero la solicitud de mis amigos equivale a una vigilancia constante: todo enfermo es un prisionero.”

Quiere que le "suiciden", menuda responsabilidad:

            “Para preparar mi suicidio necesitaba tomar las mismas precauciones que un asesino para dar el golpe.

            “Pensé primeramente en Mástor, mi montero mayor, hermoso sármata brutal que me sigue desde hace años con una abnegación de perro lobo y que a veces se encarga de velar a mi puerta por la noche. Aproveché de un momento de soledad para llamarlo y explicarle lo que quería de él. Al principio no comprendió; luego la luz se hizo en él y el espanto crispó su hocico rubio. Mastor me cree inmortal;”

“No ignoraba que Iollas había descubierto en el palacio de Alejandría la fórmula de los venenos extraordinariamente sutiles que en otros tiempos utilizaban los médicos de Cleopatra.”

“Me comprendió inmediatamente; me compadecía, aunque estaba obligado a darme la razón, pero su juramento hipocrático le vedaba prescribir una droga nociva a un enfermo bajo ningún pretexto. Negóse refugiándose en su honor de médico. Insistí, exigí, empleando todos los medios posibles para inspirarle piedad o comprometerlo; él ha sido el último hombre a quien he suplicado algo. Vencido, me prometió finalmente ir en busca de la dosis de veneno. Lo esperé en vano hasta la noche. Algo más tarde me enteré horrorizado de que acababan de encontrarlo muerto en su laboratorio, con una ampolleta de vidrio en la mano. Aquel corazón, puro de todo compromiso, había encontrado la manera de ser fiel a su juramento sin negarme nada.”

“El fin de Iollas, fiel a su deber de médico, me exhorta a satisfacer hasta el fin lo que el oficio de emperador reclama. Patientia… Ayer vi a Domicio Rogato, procurador de la moneda y encargado de una nueva emisión; le di esa divisa, que será mi última consigna.”

“La hora de la impaciencia ha pasado; en el punto en que me encuentro, la desesperación sería de tan mal gusto como la esperanza. He renunciado a apresurar mi muerte.”

Siguen creyéndole un dios, y a él le sigue gustando:

            “Te he dicho ya por qué esa creencia tan beneficiosa no me parece descabellada. Una vieja ciega ha llegado a pie desde Panonia; emprendió tan inmenso viaje para pedirme que tocara con el dedo sus pupilas apagadas; al contacto de mis manos recobró la vista, tal como su fervor lo había previsto; su fe en el emperador-dios explica el milagro. Se han producido otros prodigios; hay enfermos que dicen haberme visto en sueños, como los peregrinos de Epidauro ven a Esculapio, y pretenden haber despertado sanos, o por lo menos aliviados.”

            “No me comparan como antes a Zeus radiante y sereno, sin a Marte Gradivo, dios de las largas campañas y la austera disciplina, y al grave Numa inspirado por los dioses; en estos últimos tiempos mi rostro pálido y demacrado, mis ojos fijos, mi gran cuerpo rígido por un esfuerzo de voluntad, les recuerdan a Plutón, dios de las sombras.”

El dios Antínoo y su ciudad:

            “El culto de Antinoo parecía la más alocada de mis empresas, desbordamiento de un dolor que sólo a mí concernía. Pero nuestra época está ávida de dioses; prefiere los más ardientes, los más tristes, los que mezclan al vino de la vida una amarga miel de ultratumba. En Delfos el niño se ha convertido en Hermes, guardián del umbral, amo de los oscuros pasajes que conducen a las sombras.”

            “He vuelto a ver a Fido Aquila, gobernador de Antínoe, en ruta hacia su nuevo puesto en Sarmizegetusa.”

            “Cada tres años tienen lugar juegos conmemorativos en Antínoe, así como en Alejandría, Mantinea, y en mi amada Atenas. Las fiestas trienales se repetirán este otoño, pero no espero durar hasta el noveno retorno del mes de Atir.”

Sus fantasmas:

            “A veces, en contadas ocasiones he creído sentir el roce de una acercamiento, un ligero contacto, leve como el de las pestañas, tibio como el interior de la palma de una mano. Y la sombra de Patroclo aparece junto a Aquiles…”

            “Sólo me diferencio de los muertos en que me está dado asfixiarme todavía un momento más; en cierto sentido su existencia me parece más segura que la mía. Antínoo y Plotina son por lo menos tan reales como yo.”

Desconfianza en las teorías de la inmortalidad:

            “Puede ser después de todo que tengan razón, y que la muerte esté hecha de la misma materia fugitiva y confusa que la vida. Desconfío de todas las teorías de la inmortalidad; el sistema de retribuciones y de penas deja frío a un juez que conoce la dificultad de juzgar.”

Los sueños:

            “Durante ciertos periodos de mi vida he tomado nota de mis sueños, para discutir su significación con los sacerdotes, filósofos y astrólogos. La facultad de soñar, amortiguada des hacía años, me ha sido devuelta en estos meses de agonía; los incidentes de la vigilia parecen menos reales y a veces menos importunos que mis sueños”

            “Hace unos días estaba en el oasis de Amón, la tarde de la caza del león. Me sentía feliz, y todo ocurrió como en los tiempos en que era dueño de mi fuerza: Herido, el león se desplomó, para levantarse nuevamente mientras yo me precipitaba para rematarlo. Pero esta vez mi caballo, encabritándose, me tiró al suelo; la horrible masa ensangrentada rodó sobre mí y sus garras me desgarraron el pecho; desperté en mi aposento de Tíbur pidiendo socorro.”

            “También los presagios se multiplican; ahora todo parece una intimidación, un signo.”

La paciencia:

            “Mi paciencia da sus frutos. Sufro menos, y la vida se vuelve casi dulce. No me enojo ya con los médicos; sus tontos remedios me han condenado, pero nosotros tenemos la culpa de su presunción y su hipócrita pedantería; mentirían menos si no tuviéramos tanto miedo de sufrir.”

La vida:

            “La vida es atroz, y lo sabemos.”

            “Vendrán las catástrofes y las ruinas: el desorden triunfará, pero también, de tiempo en tiempo, el orden.”

El fin se aproxima:

            “Me felicito de que el mal me haya dejado mi lucidez hasta el fin; me alegro de no haber tenido que pasar por la prueba de la extrema vejez, de no estar destinado a conocer ese endurecimiento, esa rigidez, esa sequedad, esa atroz ausencia de deseos.”

            “Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño.”

            “Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…”

           

           




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