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Un espacio para compartir las actividades que realizamos unos cuantos locos por la lectura.



viernes, 26 de noviembre de 2010

Poesía; VENCIDOS

26 Noviembre

Esta poesía de León Felipe habla del Hidalgo Caballero y me ha parecido oportuno añadirla a este espacio que todos compartimos.
Seguro que muchos la conoceis, porque la musicalizó mi admirado Joan Manuel Serrat y está incluida en su disco "Mediterráneo"


VENCIDOS

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
Y ahora ociosa y abolladada en su rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar...
va cargado de armadura...
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar...
va cargado de amargura...
que allá quedó su ventura
en la playa de Barcino, frente al mar...
Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar...
y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar.
Hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar.
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo
y llévame a ser contigo
contigo pastor...
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
va cargado de amargura...
va vencido, el caballero de retorno a su lugar. (León Felipe)
Probablemente, lo último que podía haber imaginado Cervantes, cuando creó a su Hidalgo manchego sería que iba a acoger en su criatura tantas y tan diversas lecturas. De cuantas se han dado al caballero de la triste figura , para mi , una de las más impresionante es verlo ascendido a símbolo de los vencidos.
Don Quijote se ha convertido en símbolo de aquellos que creen que luchan por unos ideales justos, pero que finalmente son derrotados. Como el Hidalgo llevaba en su sangre la condena de un destino vencido, todos los vencidos del mundo tienen un trocito de Quijote.
El momento que escoge el autor del poema es el perfecto. Don Quijote ha sido derrotado en Barcelona por el Caballero de la Blanca Luna (lo veremos en la II parte) y vuelve hacia su pueblo despojado de su honor.
León Felipe se ha " materializado" en el poema para acompañar a Don Quijote en su amargura, dándole un enfoque muy humano. En el poema no hay reproches, ni críticas, sólo dolor, en una coversación de hermano con hermano.
Mercedes Pérez

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Versión digital de El Quijote.

Hola de nuevo:
Me encanta ver que el blog cada día esta más animado.
Hoy no tengo mucho que aportar, sólo un descubrimiento que acabo de hacer y que, seguro, alguno ya conocéis. Es un enlace a una web creada por la biblioteca nacional de nuestro libro en cuestión.
Espero que lo disfrutéis.

http://quijote.bne.es/libro.html

Saludos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

CURIOSIDAD POÉTICA


Los versos que canta Cardenio, en el capítulo XXVII, la estrofa se llama "OVILLEJO", siendo Cervantes el primero en utilizarla.

La métrica es la siguiente: tres versos octosílabos, seguidos cada uno de ellos de un pie quebrado, con el cual, rima en consonante, y una redondilla, cuyo último verso se compone de los tres pie quebrados.

Soledad Puértolas y el Quijote.

Los personajes secundarios ayudan a definir a los personajes centrales. Tienen sus propias historias, pero sólo asistimos a fragmentos de ellas. La verosimilitud de un relato, en buena medida, depende de ellos.
Marcela fascina por su reivindicación de la libertad y de la soledad, pero, como no quiere compañía, no te puedes quedar con ella.
Dorotea es la amiga perfecta, ingeniosa, generosa, inteligente y divertida.
El quijote es una obra de humor y de dolor. Es un poema a la derrota que no quiere hacernos llorar, y es también un acto de afirmación personal, de orgullo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

NOVIEMBRE

NOVIEMBRE está desnudo de ramaje.
El cruel otoño le fue despojando de sus desvaídos ropajes,
noviembre,
sin huella aparente, va dejándose la vida
arrastrando su alma por las aceras,
mientras estira su cuello hacia arriba hasta la dislocación;
asumida su suerte a un puro tránsito estival.
Anclado en sus raíces,
Menguado en su agonía y desde su modesta resistencia,
Noviembre
Parece crecerse en su honorabilidad.

Ana Vadillo Gómez

“Por los caminos del Quijote” por Ana Vadillo

“Por los caminos del Quijote”
                               Venturas y desventuras del Hidalgo Caballero y su escudero.
Conforme a lo acordado la noche antes, al amanecer del nuevo día reemprendieron el camino hacia el Toboso, el Hidalgo y su escudero.
Don Quijote, erguido sobre Rocinante, guardaba un calmo silencio abstraído en sabe Dios qué hondas meditaciones. Por el contrario, el fiel Sancho Panza que le seguía a la zaga a lomos del asno y no paraba en sus lamentos, confiándole sus cuitas al mesmo animal.
      - Mala noche hemos pasado mi amo y un servidor, rucio – decía Sancho con pesar -echados sobre la dura tierra con la barriga vacía. ¡Ladridos me dan las tripas! Y las alforjas sin pan. Al menos tu repelaste algunas yerbas que, a causa de mi vigilia, bien te vi a la par de Rocinante sin despegar el morro del suelo.
      - Nosotros -yo y mi Señor quiero decir-, ni un tiento a la boca ha más de dos días. Hácete idea cuan grande debilidad nos asiste.
A este punto, levantó la vista que, durante largo rato había mantenido quieta en las orejas del pollino dirigiéndola a su amo. Fijose en él y pareciole marchito, como desmayado. ¡Ah, valeroso Caballero! -murmuró enternecido-, vencedor en mil batallas, generoso por demás con cuanto desvalido nos ha ido viniendo al paso; ayudando y favoreciendo a tanto menesteroso que mi memoria ni alcanza a recordar. Elevó la voz para que le oyese claro Don Quijote y dijo:
-  Paréceme a mí, que le acosa la fatiga, señor. Vive Dios que no quisiera faltarle, pero me da que de tantas aventuras, vuestra merced, está ahíto.
- ¿Ahíto, dices, mentecato? –le respondió con enojo Don Quijote-. ¡Cuán equivocado estás!
-  Pues si no es lo que yo pienso, ¿a qué se debe ese callado mutismo, ese gesto contraído y esta temblorosa voz?
- Pensando estaba en la hermosa señora, la sin par Dulcinea del Toboso. Barrunto, amigo Sancho, que en breve estaré ante tan ilustre beldad, y me acosa la mala conciencia.
- Oh, válame Dios, ni diga tal necedad de sí mesmo, mi señor. Usted, !el más justo de los hombres, que sólo vive para desfacer agravios y enderezar entuertos! Su vuecencia ha perdido el juicio. Yo, con el respeto debido, suplico no tenga en cuenta mi desacato.
- No hay nada que disculpar, mi fiel escudero. Puede, según tu, parecer que haya perdido el juicio, más según yo, mi intelecto aún sigue lúcido. Es por ello que no dejo pensar en la misma cosa.
- Y ¿qué cosa es ella?, -vuelvo a rogarle disculpe mi curiosidad.
-  Que no sería de recibo presentarme ante mi amadísima Dulcinea con las manos vacías, no estaría de más llegar con algún presente. Y ahí viene la duda: ¿Qué podría yo ofrecerle que igualara a su tan alto linaje? ¿Un ramo de florecillas? Si ella en sí misma es ya una rosa, hermosa entre cuantas haya.
- ¿Permite una sugerencia, de este su humilde escudero?
- Muy gustoso te la acepto, Sancho, -le conminó Don Quijote a que hablara presto.
- Una pomada para suavizar las manos –apostilló Sancho Panza-, a toda mujer agrada.
- ¡Mi señora Dulcinea no precisa de mejunjes! Su piel es seda, puro alabastro-, replicó con enfado Don Quijote.
- Pues difícil dilema es dar con lo adecuado. Más no se agobie, señor, algo nos vendrá a la miente según vamos adelante.
En estas vacilaciones continuaron el andante Caballero y el malandante escudero.


Un trecho más allá volvió a insistir Sancho Panza.
- Abusando de la licencia que, vuesa merced concede a este deslenguado, me pronunciaré abiertamente y le confiaré qué donaría yo a mi Santa, si a mi alcance quedare.
- ¿Y qué sería pues?, -se interesó el Hidalgo caballero.
- Un pellejo de cordero. Cosa que bien le vendría para abrigarse del frío.
A tal razón Don Quijote, después de meditarlo un momento, respondió.
- Eres de buen corazón, Sancho amigo, y muy ducho en la ocurrencia. Nunca dudé que esa mollera tuya ha más de guardar serrín esconde astuta agudeza. Tal dádiva, aunque rústica, puediese ser provechosa concediéndole otros usos. ¡No sería mal reposadero como trono donde ha de sentarse mi reina. Menester sea señalar que se me hace poca cosa para lo que ella merece, -apuntó con seriedad Don Quijote. ¡Qué menos que una corona para la Emperatriz de la Mancha! Más si ello no es posible, esa ofrenda estaría bien.
- Coronarla usted pudiera, señor mío, -saltó Sancho Panza- con laureles y con triunfos.
- Loado sea Dios. A veces hermano Sancho, hablas con mucha sustancia.
- Me complace que lo crea. Y acabemos con la cháchara. Deje en mi mano la encomienda del asunto. En cuanto atisbe una majada me allegaré hasta el pastor y me haré con la prebenda. Complacido quedará, mi amo, con la ventaja del trato.
Así fue avanzando el día sin tropezarse con alma humana ninguna, secos de calor y hambre.
- Si al señor le place, podíamos hacer un alto, -dijo Sancho con desmayo-. Nos vendría bien a ambos.
Sin contradecir a su escudero ni osar despegar los labios descabalgó el Caballero de la triste figura, -a tanto debía llegar su agotamiento.
- Mientras vuestra merced descansa el cuerpo, yo me daré un garbeo haber si pillo algo para alegrar el estómago.
No tardó el avispado Sancho en dar con un madroñal cargado de buenos frutos.
- ¿Será verdad lo que están viendo mis ojos?, se decía para sí mientras picaba al jumento dirigiéndolo hacia el árbol.
Nada más aproximarse, se empinó sobre el pollino y se abalanzó al madroño. A puñados los cogía y cuantos más se zampaba puchos más le apetecían. Agotó los de una rama sin haberse satisfecho y arrastrado por el ansia alargaba bien los brazos para alcanzar los mejores puesto ya en pie sobre las ancas del asno, sin atención ni cuidado de agarrarse a parte alguna. Solo tragar y tragar. Más tan mala fortuna fue, que a la par que él saciaba el gusto, un lagarto surgió, quien sabrá de donde, dando pequeños saltitos. En uno de aquellos saltos, el reptil, cayó sobre las patas de rucio, sobresaltando al manso animal, el cual emitió un grande rebuzno a la vez que salía huyendo en espantada, sin que se alertara el jinete que cargaba encima. Por lo que es de imaginar las consecuencias que trujo. Sancho Panza por los aires.
Mientras se mantuvo en vilo, el pasmado tragaldabas tales alaridos daba que las aves emprendieron vuelo a Don Quijote alertó.



Ana Vadillo Gómez

jueves, 18 de noviembre de 2010

LA PUNTUACIÓN EN EL QUIJOTE



Es sabido que Cervantes no acostumbraba a utilizar signos de puntuación en sus manuscritos. La responsabilidad de esta tarea era de los correctores de imprenta y los impresores. Los diferentes editores del Quijote se encontraron con el hecho de que Cervantes presentó a la imprenta una obra muy extensa, difícil y además sin signos de puntuación.
Todo el mundo sabe la abundancia de erratas en el Quijote, es famosa la aparición espontánea del asno de Sancho en varios pasajes, cuando el animal había sido robado capítulos antes por Ginés de Pasamonte. Estas erratas son fáciles detectarlas, pero los errores en la puntuación pueden ocasionar falsedades a la hora de leer los diferentes pasajes de la obra. El mismo Cervantes, después de la primera edición, hizo bastantes correcciones para la siguiente y desde entonces, la puntuación del Quijote ha ido variando en las sucesivas ediciones.
Si queréis hacer la prueba, podéis viajar en el tiempo y convertiros en un corrector o correctora de imprenta e intentar puntuar este fragmento del primer capítulo del Quijote, recién dejado en el taller por D. Miguel de Cervantes. Después puedes comparar tu puntuación con la edición que estés leyendo y seguramente que encontrarás diferencias.



En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero adarga antigua rocín flaco y galgo corredor una olla de algo más vaca que carnero salpicón las más noches duelos y quebrantos los sábados lantejas los viernes algún palomino de añadidura los domingos consumían las tres partes de su hacienda el resto della concluían sayo de velarte calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mesmo y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años era de complexión recia seco de carnes enjuto de rostro gran madrugador y amigo de la caza quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba Quijana pero esto importa poco a nuestro cuento basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.

jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Por qué me gusta?

En la última reunión del grupo de lectura algunos de los participantes pidieron que les explicásemos por qué disfrutamos de la lectura de Don Quijote. Como siempre, algunas personas aportaron motivos excelentes, con una claridad en la exposición de sus argumentos que envidio y admiro. Yo no suelo hablar en estas reuniones, creo que, egoístamente, me aprovecha mucho más escuchar. Cuando me apunté al grupo de lectura no sabía que íbamos a empezar por este libro, que tantas veces he intentado leer y que tantas veces he abandonado. Por un lado me dio pereza, por otro me pareció una escusa estupenda para animarme a leerlo.

Por lo tanto empecé con interés pero sin muchas ganas. Pero en esta ocasión, ¡sorpresa!, me ha enganchado desde el principio, si bien no llevo un ritmo de lectura muy rápido y dejo pasar intervalos de tiempo bastante grandes sin tocarlo, cuando lo retomo lo disfruto muchísimo.

Yo no parto de una base de conocimientos filosóficos, históricos ni literarios que me aporten un condicionamiento previo, lo estoy disfrutando y ya. Disfruto de las descripciones de momentos y lugares que me hacen visualizarlos como si fuese una película, disfruto de los diálogos que va hilando magistralmente para que cada personaje quede definido en su carácter y en su forma de vivir, disfruto de las comas y los puntos que me hacen la lectura fácil y comprensible y, sobre todo, me hace reír muchísimo, quizá diga una blasfemia, pero me hace reír tanto como me hacían reír las aventuras de “Mortadelo y Filemón” cuando tenía 12 años.

Solo voy por el capítulo XVIII, espero no desinflarme y que mis motivaciones vayan a más.

Un saludo a todos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Autonomía y heteronomía.

Para los que piensan que Don Quijote no está loco sino que es una forma de ver la vida, he encontrado este relato que quizá defina a este personaje de Cervantes.
Si me siento impulsado a decir la verdad por miedo al castigo, o a ayudar a un amigo para no perderlo, o a cumplir una promesa por miedo a que alguien se entere y piense mal de mí, estoy haciendo lo que debo. Sin embargo, cuando los motivos para actuar son el miedo, el egoismo o la conveniencia, realmente no soy libre. Actúo condicionado por el fin que persigo: evitar el castigo, no estar solo o que todos piensen que soy buena persona. Mi moral es así heterónoma, es decir, sus normas de actuación dependen de criterios externos.

En cambio, cuando digo la verdad, o ayudo a un amigo, o cumplo mis promesas porque tengo el íntimo convencimiento de que es lo que debo hacer, me doy cuenta de que nadie más que yo mismo me obliga a actuar así. Cuando no importan ni los posibles castigos, ni los intereses personales, ni lo que piensen de mí, actúo con absoluta autonomía; lo que cuenta es la convicción de que cumplir con mi deber supone respetar la dignidad de las demás personas y la mía propia.

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA ESCATOLOGÍA DE CERVANTES


Hola a todos. Antes de nada, deciros que esta es mi "primera vez" con un blog. Gracias Paco por tu dedicación y ¡¡¡me lanzo al tema!!.Pasada la tertulia del día de ayer, 2 de noviembre, se me han ocurrido algunas cosas al hilo de lo que ibais exponiendo. Cuando se mencionaron los pasajes en los que DQ se pone tan malito y Sancho tiene tanto miedo que a ambos se les sueltan las tripas, me imaginaba al lector (de los pocos que habría) de la época leyendo estos fragmentos y creo que debío de partirse, pero partirse de la risa (menos mal que estaba el bálsamo de fierabras). A mi me recordó un poco a los niños cuando pasan por esa edad en la que "caca,culo,pedo,pis" les hace tanta gracia. Y es que, DQ me parece muy infantil en algunas de sus acciones, por la inocencia, la fantasía, la osadía, la no percepción del peligro, ....diría que es como un "niño grande", creyéndose el mejor, el más hidalgo, el más andante, el más caballero....¿y todo esto por haber leído libros de caballería?......Si Cervantes nos hubiera contado algo más de cómo fue su pasado, me refiero antes de sus lecturas de "libros mentirosos", nos habría contado que era un hombre egocéntrico y con una alta autoestima, en la que estos libros tenían ya un terreno abonado para provocar el efecto que lograron en DQ. Aunque claro.....esta sería otra novela ¿no?...Deciros también que a pesar de que esta es la segunda vez que leo este libro, estoy disfrutando mucho, mucho...no sólo con el fondo de las historias sino también con la forma....los giros que Cervantes da a las frases, como maneja el doble sentido de algunas palabras, como utiliza el lenguaje para configurar la psicología de cada personaje (¡¡la arenga de Marcela, por ejemplo!!)....bueno, lo dejo aquí. De momento no se me ocurre nada más. Saludos, blogueros de "Los Pinos".

domingo, 7 de noviembre de 2010

LA LOCURA DE DON QUIJOTE


"...pero apenas llegó a la puerta cuando Don Quijote la sintió, y sentándose en la cama a pesar de sus bizmas, y con dolor de sus costillas, tendió los brazos para recibir a su fermosa doncella la asturiana, que toda recogida y callando iba con las manos adelante buscando a su querido. Topó con los brazos de Don Quijote, el cual la asió fuertemente de una muñeca, y tirándola hacia sí, sin que ella osase hablar palabra, la hizo sentar sobre la cama, tentóle la camisa y ella era de arpillera, a él le pareció ser de finísimo y delgado cendal. Traía en las muñecas unas cuentas de vidrio; pero a él le dieron vislumbres de preciosas piedras orientales; los cabellos que en alguna manera tiraban a crines, él los marcó por hebras de lucidísimo oro de Arabia, cuyo resplandor al del mismo sol oscurecía; y el aliento que, sin duda alguna olía a ensalada fiambre y trasnochada, a él pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático; y finalmente, él la pintó en su imaginación de la misma traza y modo que lo había leído en sus libros de la otra princesa que vino a ver al mal ferido caballero vencido de sus amores, con todos los adornos que aquí van puestos; y era tanta la ceguedad del pobre hidalgo, que el tacto, ni el aliento, ni otras cosas que traía en sí la buena doncella, no le desengañaban, las cuales pudieran hacer vomitar a otro que no fuera arriero..."  Parte I, Cap. XVI

En la tertulia del día 2 de noviembre, entre otras cosas, se habló de la locura del Quijote. ¿Por qué confunde a los molinos de viento con gigantes con brazos, y a rebaños de ovejas con ejércitos de caballeros? ¿Por qué las ventas son castillos? ¿Cómo pudo ver, oír, oler, tocar a María Tornes y creer que estaba con la más bella doncella del mundo (después de Dulcinea del Toboso, claro está)? ¿Cuál sería el diagnóstico de un Psiquiatra? ¿Qué psicopatología presentaría el Caballero de la Triste Figura? Pues bien he encontrado a un Psiquiatra a quien no le importó tumbar en el diván a Don Quijote. Se trata de D. Juan Antonio Vallejo Najera que en su libro Literatura y Psiquiatría, Barcelona, Destino, 1950, diagnóstico lo siguiente: “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es un enfermo mental que padece la enfermedad psíquica denominada ‘paranoia’, diagnóstico que se infiere de la lectura de la historia clínica que viene a ser la novela cervantina… Fuera del delirio, el paranoico piensa, siente y obra como un sujeto normal: es un loco razonador”.

Esto podría explicar por qué Don Quijote se muestra unas veces como un loco y otras como una persona razonable. ¿O quería Cervantes ir más allá con su personaje?

FCF.