III Tellvs Stabilita; (Estabilizó
La Tierra, refiriéndose al gobierno de Adriano, de inscripciones en las monedas
acuñadas en su mandato)
Comienza el mandato de Adriano como
emperador. Sigue contando a Marco Aurelio su estrategia política.
“Poco me importaba que el acuerdo obtenido
fuese exterior, impuesto y probablemente temporario; sabía que tanto el bien
como el mal son cosas rutinarias, que lo temporario se prolonga, que lo
exterior se infiltra al interior y que a la larga la máscara se convierte en
rostro.”
“Me acusan de no querer a Roma. Y sin
embargo era bella en esos dos años en que el Estado y yo nos probamos
mutuamente, con sus calles estrechas, sus foros amontonados, sus ladrillos de
color de carne vieja.”
“La moral es una convención privada; la
decencia, una cuestión pública; toda licencia demasiado visible me ha hecho
siempre el efecto de una ostentación de mala ley.”
“Ordené reducir el número
de carruajes que obstruyen nuestras calles, lujo de velocidad que se destruye a
sí mismo, pues un peatón saca ventaja a cien vehículos amontonados a lo largo
de las vueltas de la Vía Sacra”
“Pero
Roma, más pesada e informe, vagamente tendida en su llanura al borde de su río,
se organizaba para desarrollos más vastos: la ciudad se convertía en Estado.
Las influencias de las religiones,
las justas:
“Me alegraba de que nuestras vagas y
venerables religiones, decantadas de toda intransigencia o de todo rito
salvaje, nos asociara misteriosamente a los más antiguos sueños del hombre y de
la tierra, pero sin vedarnos una explicación laica de los hechos, una visión
racional de la conducta humana. Me placía, por fin, que aquellas palabras de
Humanidad, Libertad y Felicidad no hubieran sido todavía devaluadas por un
exceso de aplicaciones ridículas”
Las Leyes:
“Tengo que confesar que creo poco en las
leyes. Si son demasiado duras, se las transgrede con razón. Si son demasiado
complicadas, el ingenio humano encuentra fácilmente el modo de deslizarse entre
las mallas de esa red tan frágil. El respeto a las leyes antiguas corresponde a
lo que la piedad humana tiene de más hondo; también sirve de almohada a la
inercia de los jueces. Las más remotas participan del salvajismo que se
esforzaban por corregir; las más venerables siguen siendo un producto de la
fuerza. La mayoría de nuestras leyes penales sólo alcanzan, por suerte quizá, a
una mínima parte de los culpables; nuestras leyes civiles no serán nunca lo
suficientemente flexibles para adaptarse a la inmensa y fluida variedad de los
hechos.”
“Los filósofos griegos nos
han enseñado a conocer algo mejor la naturaleza humana; desde hacer varias
generaciones, nuestros mejores juristas trabajan en pro del sentido común.”
“Toda ley demasiado
transgredida es mala; corresponde al legislador abrogarla o cambiarla, a fin de
que el desprecio en que ha caído esa ordenanza insensata no se extienda a leyes
más justas.”
“En España, cerca de
Tarragona, un día que visitaba solo una mina semiabandonada, un esclavo cuya
larga vida había transcurrido casi por completo en los corredores subterráneos,
se lanzó sobre mí armado de un cuchillo. Muy lógicamente, se vengaba en el
emperador de sus cuarenta y tres años de servidumbre. Lo desarmé fácilmente, y
lo entregué a mi médico; su furor se calmó, y acabó convirtiéndose en lo que
verdaderamente era: un ser no menos sensato que los demás, y más fiel que
muchos. Aquel culpable, que la ley salvajemente aplicaba hubiera mandado
ejecutar de inmediato, se convirtió para mí en un servidor útil. Casi todos los
hombres se parecen a ese esclavo, viven demasiado sometidos, y sus largos
períodos de embotamiento se ven interrumpidos por sublevaciones tan brutales
como inútiles.”
“Los pueblos han perecido
hasta ahora por falta de generosidad:”
“Dudo de que toda la filosofía
de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el
nombre.”
La situación de la mujer en el
imperio:
“La situación de las
mujeres se ve determinada por extrañas condiciones: sometidas y protegidas a la
vez, débiles y todopoderosas, son demasiado despreciadas y demasiado
respetadas.”
“Las mujeres son lo que
quieren ser; o resisten a los cambios, o los aplican a los mismos y únicos
fines.”
“Las leyes deberían
diferir lo menos posible de los usos; he acordado a la mujer una creciente
libertad para administrar su fortuna, testar y heredar. Insistí para que
ninguna doncella sea casada sin consentimiento: la violación legal es tan
repugnante como cualquier otra.”
El equilibrio entre ricos y pobres:
“Parte de nuestros males proviene de que hay
demasiados hombres vergonzosamente ricos o desesperadamente pobres. Hoy en día,
por suerte, tiende a establecerse el equilibrio entre los dos extremos; las
colosales fortunas de emperadores y libertos son cosa pasada; Trimalción y Nerón
han muerto. Pero un inteligente reajuste económico del mundo está todavía por
hacerse.”
“La anulación completa de
las deudas de los particulares al Estado era una medida más osada, pero
igualmente necesaria para hacer tabla rasa después de diez años de economía de
guerra.”
“a partir de ahora, todo
campo no cultivado durante cinco años pertenece al agricultor que se encarga de
aprovecharlo.”
“Nadie tiene derecho a
tratar la tierra como trata el avaro su hucha llena de oro”
“El apoyo dado a los armadores
ha duplicado los intercambio con países extranjeros”
“lo que importa es que la
prosperidad sirva para todos y no solamente para la banca de Herodes Ático o
para el pequeño especulador que acapara todo el aceite de una aldea griega.”
“Uno de mis días más
hermosos fue aquel en que convencí a un grupo de marineros de Archipiélago de
que se asociaran formando una corporación y que trataran directamente con los
vendedores de las ciudades. Jamás me sentí más útil como príncipe”
Recomposición del ejército:
“Rompí con esas rutinas; mis continuas
visitas a los puestos de avanzada eran un medio entre muchos otros para
mantener un ejército pacífico en estado de actividad útil”
“El ejército se convertía
en lazo de unión ente el pueblo de la selva, la estepa y las marismas, y el
habitante refinado de las ciudades;”
Los gobernantes:
“Pero la existencia demuestra que a pesar
del infinito cuidado en la elección de nuestros sucesores, los Césares mediocre
serán siempre los más numerosos, y que por lo menos una vez por siglo algún
insensato llega al poder.”
Un emperador viajero:
“Pocos hombre aman durante mucho tiempo los
viajes, esa ruptura perpetua de los hábitos, esa continua conmoción de todos
los prejuicios. Pero yo tendía a no tener ningún prejuicio y el mínimo de
hábitos.”
“jamás tuve la sensación
de pertenecer por completo a algún lugar, ni siquiera a mi Atenas bienamada, ni
siquiera a Roma.”
El brahmán:
“Una noche, durante una fiesta que Osroes
daba en mi honor en la tienda imperial, advertí ente las mujeres y los pajes de
largas pestañas a un hombre desnudo, descarnado, completamente inmóvil, cuyos
enormes ojos pareciían ignorar aquellas confusión de platos cargados de carnes,
de acróbatas y bailarinas. Le hablé, valiéndome de mi interprete; no se dignó a
contesta. Era un sabio. Peros sus discípulos se mostraban más locuaces;
aquellos piadosos vagabundos venían de la India y su maestro pertenecía a la
poderosa de los brahmanes.” … “sus meditaciones lo llevaban a creer que todo el
universo no es más que un tejido de ilusiones y errores; la austeridad, el
renunciamiento, la muerte, eran para él la única manera de escapar al flujo
cambiante de las cosas, por el cual sin embargo se había dejado arrastrar
nuestro Heráclito, y de alcanzar más allá del mundo de los sentidos esa esfera
de la pura divinidad, ese firmamento inmóvil y vacío con el cual también soñó
Platón.”
“había decidido quemarse
vivo al día siguiente.”
“El brahmán había
desdeñado todo aquello. Ebrio de rechazo, se había entregado a las llamas como
un amante que rueda en un lecho.”
Epícteto:
“fui a visitar, guiado por una amigo, al
viejo Epícteto en su covacha de la Suburra, pocos días antes de que Domiciano
lo exilara. El ex- esclavo a quien un amo brutal había roto antaño una pierna
sin hacerle exhalar una sola queja, el achacoso anciano que soportaba con
paciencia el largo tormento del mal de piedra, me había parecido dueño de una
libertad casi divina.”
“Pero Epicteto renunciaba
a demasiadas cosas, y yo no había tardado en darme cuenta de que nada era tan
peligrosamente fácil como renunciar. El indio, más lógico, rechazaba la vida
misma.”
Delirios de sentirse dios, parte de
los dioses del Olimpo:
“Los delirios si preciso es darles ese nombre,
vinieron más tarde. Yo era dios, sencillamente, porque era hombre.”
“Si Júpiter es el cerebro
del mundo, el hombre encargado de organizar y moderar los negocios humanos puede
razonablemente considerarse como parte de ese cerebro que todo lo preside.”
“Lo quisiera o no, las
poblaciones orientales del imperio me trataban como a un dios.”
“Ser dios, en resumidas
cuentas, exige más virtudes que ser emperador.”
Astronomía y Astrología:
“He sido siempre amigo de los astrónomos y
cliente de los astrólogos.”
“Otras veces, los cálculos
de la precesión de los equinoccios establecida por Hiparco de Alejandría
obsesionaban mis veladas”
“La Espiga de la Virgen no
está ya en nuestros días en el punto del mapa señalado por Hiparco, pero esta
variación es el cumplimiento de un ciclo, y el cambio mismo confirman las
hipótesis del astrónomo.”
“El desorden se integraba
en el orden; el cambio formaba parte de un plan que es astrónomo era capaz de
aprehender por adelantado; el espíritu humano revelaba su participación en el
universo mediante teoremas exactos, así como lo revelaba en Eleusis con gritos
rituales y danzas.”
“En el momento en que te
escribo, sé exactamente qué estrellas pasan en Tíbur sobre este techo ornado de
estucos y pinturas preciosas, y cuáles están suspendidas, en otras tierras,
sobre una tumba.”
“Después de tantas
reflexiones y de tantas experiencias quizá condenables, sigo ignorando lo que
sucede detrás de esa negra colgadura. Pero la noche siria representa mi parte
consciente de inmortalidad.”