Los libros de caballerías son unas narraciones en prosa, generalmente de gran extensión, que relatan las heroicas aventuras de un hombre extraordinario, el caballero andante, quien vaga solo por el mundo, luchando contra toda clase de personas o monstruos y por unas tierras lejanas y exóticas casi siempree. Otras veces, al mando de un ejército, vence ejércitos de paganos o de naciones extrañas. Esta especie de superhombre, por lo común, lucha contra el mal, pero su afán por la aventura es también una necesidad vital y un anhelo por demostrar al mundo su valía. Su vida está llena de sacrificios que son ofrecidos a una dama, para poder conseguir su amor.
Este tipo de novela tiene sus orígenes en la literatura francesa del siglo XII. Aparece por primera vez en la obra del escritor champañés Chrétien de Troues (hacia 1159-1190), cuyas novelas, o romans son largas narraciones en verso que narran las aventuras de unos héroes, los caballeros de la tabla redonda, que se finge que existieron en el lejano tiempo del rey Arturo, personaje completamente fabuloso pero que, gracias a leyendas y mentiras de algunos historiadores, se creía que había reinado en Bretaña en el siglo VI de nuestra era..
La materia de Bretaña fue acogida y adaptada en la literatura de España y a partir del siglo XIII empieza a aparecer traducciones. En el siglo XVI aparecen novelas de caballería originales, fruto de la imaginación de escritores españoles. Entre las más importantes están El libro del caballero de Dios, también llamado El caballero Cífar y El amadís de Gaula, que tuvo un enorme éxito...
A lo largo del siglo XV aparecen también narraciones de aventuras de caballeros que retratan con gran fidelidad la sociedad y las costumbres de aquella época, apartando todo elemento fantasioso. La más importante es el Tirant lo Blanch, escrito en calalán por el valenciano Johanot Martorell y es condiderada un antecedente del Quijote...
El entusiasmo por los libros de caballerías fue general en la España del siglo XVI y entre los lectores había gente de toda condición, desde analfabetos que se deleitaban oyéndolos leer, a lectores cultos como Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, el emperador Carlos V o Lope de Vega...
La lectura de los libros de caballerías impresionó de tal modo a determinados lectores, que llegaron a creerse que la ficción era historia verdadera. De ahí a la locura hay solo un paso, y hay noticias de muchos casos en que personas reales llegaron a perder el juicio leyendo libros de caballerías. sic.
hola saludos gracias por la información. y solo quiero darte sugerencias mejora tu escritura pues hay palabras mal escritas y otras incompletas, y creo que puedes justificar el texto, claro esto es para que mejores y tu blog tenga mayor credibilidad
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