D. Benito Pérez Galdós era canario ( Las Palmas 1843 ), décimo hijo de un coronel del ejécito que había participado en la Guerra de la Independencia. El padre inculcó en el hijo el gusto por las narraciones históricas hablándole de sus muchas aventuras en la guerra.
Fue bachiller en 1862 en el instituto de La Laguna y se traslada a Madrid a estudiar Derecho. En la capital llevaba una vida cómoda albergado en casa de una hermana; asistía al teatro y colaboraba en periódicos como La Nación y El Debate.
Su timidez le hacía ser muy parco en palabrasy sufría mucho al hablar en público. Poseía una memoria visual portentosa y una retentiva increíble recitando capítulos enteros del Quijote y recordando detalles minúsculos vistos hacía veinticinco años. De ello nacía también una gran facilidad para el dibujo. Todas estas cualidades desarrollaron en él una de las facultades más importantes en un novelista, el poder de observación.
En 1867 hizo su primer viaje al extranjero, como corresponsal en París; en 1870 publica su primera novela, La Fontana de Oro y se olvida de la Universidad de del Derecho.
En 1873 comenzó a publicar Los Episodios Nacionales, unn intento de entender la vida de los españoles en el siglo XIX. Se trata de 46 episodios en cinco series de diez novelas cada una, salvo la última, que quedó incompleta. Arrancann con la batalla de Trafalgar y concluyen con la Restauración borbónica.
Publica Doña Perfecta en 1876, una novela contra la intolerancia ideológica asentada en una imaginaria ciudad mesetaria, Orbajosa, semejante a la Ficóbriga de Gloria su siguiente novela.
Pese a la oposición de sectores neocatólicos fue elegido miembro de la Academia en 1889.
Galdós asistía al Ateneo de la calle Montera y allí trabó amistad con José Mª de Pereda, Cánovas, Silvela y Menéndez Pelayo. Influencia de estas amistades le dieron un acta de diputado por Puerto Rico y asistió a Las Cortes sin abrir la boca, observando y tomando notas.
Nunca habló de su vida privada y de ello hizo gala en sus Memorias de un Desmemoriado que parecen escritas para desalentar a posibles biógrafos. Permaneció soltero si bien fue asiduo cliente de amores mercenarios y tuvo una hija natural en 1891. Se conoce bien su relación con la actriz Concha Morell y con la novelista Emilia Pardo Bazán.
Sus últimos años los dedicó a escribir veintidós piezas de teatro, algunas de ellas adaptaciones de sus novelas.
Para conocer bien España viajaba en trenes de tercera clase, codeándose con todo el mundo y durmiendo en posadas y hostales de mala muerte.
Se acostaba con las gallinas y se levantaba con el sol escribiendo hasta las diez de la mañana y leyendo a primeras horas de la tarde. No bebía pero fumaba sin parar.
Se acostaba con las gallinas y se levantaba con el sol escribiendo hasta las diez de la mañana y leyendo a primeras horas de la tarde. No bebía pero fumaba sin parar.
Volvió a ser diputado en 1907 por la coalición republicano-socialista junto a Pablo Iglesias llegando a pronunciar un discurso incendiario culpando a la Iglesia y a la Monarquía del atraso de España.
Estuvo a punto de conseguir el Nobel en 1912. Sus enemigos políticos y sectores de la iglesia influyeron en la Academia Sueca para impedirlo.
En sus últimos años empezó a perder la vista hasta acabar completamente ciego.
Cargado de laureles, el gran novelista español del siglo XIX murió en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid el 4 de enero de 1920.
Aportación de Candido, un nuevo integrante del Taller de lectura.